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Siempre envidié a quiénes escucharon a Spinetta desde siempre. Pienso en algunos amigos en particular: en Juli, Gonza, Firenze, ni hablar de Pato o Saya. Como muchas otras genialidades musicales no pasó por mis orejas hasta bien entrada la adolescencia. Y fue recién hacia principios del siglo, de la década de 2000 donde empecé a toparme con él y sus tentáculos poéticos. Primero, en rigor, habré escuchado los temas canónicos -masivos, los que podían llegar a aparecer en la radio-. Hasta que escuché una banda del Oeste, Resumen Porteño -sí, el nombre es un spoiler-, que siempre metía algun cover del Flaco. Tuve una época en la que iba mucho a ver a esa banda, primero por la amistad que nos unía con Tiki. Pero también por las sonoridades, las melodías. La influencia musical. Por ellos también hurgué buscando "más" del Flaco. Recuerdo un cumpleaños de Víctor, que le regalé un disco de vinilo, quizás mi disco favorito del Flaco: "La la la". Un disco que grabó con Fito. Estoy casi seguro que en los 80, pero debería googlearlo (sí, 1986). Lo encontré revisando bateas de un local que todavía existe en la calle Camargo, casi llegando a Scalabrini Ortiz (estaba pasando por un momento de redescubrimiento de los discos de vinilo del que aún quedan destellos). Quizás por la coyuntura, fui haciendo el camino inverso de muches otres. Llegando a partir de las versiones. Hay una clave, también, en la posibilidad relativamente temprana de la Internet y más que nada en la "banda ancha". Poder bajar discografías "completas". Decenas de discos que quizás no llegás a escuchar nunca. Me acuerdo que busqué todos los mp3 que pude del Flaco y los guardés en tres cedés. Sí, cedés. Y entonces apareció el disco triple "Al Flaco... Dale gracias!" -que ahora me enteré buscando el link a su blog que devino en un disco cuádruple- en el que participaron los pibes de Resumen. A partir de ese homenaje, fui a contrastar con temas "originales" del Flaco -el caso paradigmático, "Alma de diamante"-. También luego apareció ante mí, aunque no sé si no son contemporáneos en su salida, el disco "Abremente" con versiones de temas spinetteanos en clave "YASS" de Revuelto Gramajo (gran programa de FM La Tribu). Era una escucha impura, la mía. Y creo que en algún punto, es más consecuente ahora: no podía, antes, forzar el pasado. No puedo, ahora tampoco, viajar en el tiempo y regalarme discos de Spinetta Jade o Almendra diez o quinche años atrás. Tampoco podía decirle a mi versión infantil o preadolescente que no le tema a los acordes enredados o la poesía inaccesible, que conecte con otras cosas y que el resto decantará. Entonces, ahora, con esta sensación de mierda ante su partida, tengo como una necesidad imperiosa de excusarme, de darle gracias por estar. Y de pensar en todes les pibes que ahora están descubriéndolo, que lo van a escuchar a partir de hoy. De todo lo que algunes -y me incluyo- tenemos que escucharlo todavía. Darlo vuelta, tocarlo y cantarlo susurrando o a los gritos. De toda ese legado, esa inconmensurable posta que deja. Uf. Toda la vida tiene música, al menos.
2 comentarios:
lloro - a modo de continuación con la tarde, tan negra, tan llena de malas noticias, de esas que hacen pensar "qué mundo de mierda" - pero ahora, de esperanza, leyendo tus palabras, que me llenan tanto y le ponen texto a las cosas que siento en este momento. Gracias por compartir amigo, gracias por este post... me (nos) hacía falta. Un abrazo!
Muy lindo tu post, amigo. Sinceramente, hoy para mi (y no solo para mi) es un día triste, tan triste que me duelen los ojos. Pero es eso, es darle gracias a la vida que nos dió un artista como el flaco, y darle gracias a el por haberle dado a nuestra música, un aporte inconmensurable, infinito y eterno sobre todo. Porque como me han dicho, tal vez se haya ido de gira, o tal vez se fue a mojarse los pies a la luna, pero su canción sin duda llegó hasta el sol, y toda la vida tiene música hoy.
Es un día muy muy triste, y te lo escribo entre las lagrimas que no puedo contener desde las 6 de la tarde. Porque sin duda yo no soy su fan número 1, pero tuve la fortuna de conocer y amar su música como muchos otros que hoy comparten el dolor de su partida.
Creo que se puede resumir en tantos fragmentos de sus canciones, este dolor, esta admiración, esta fidelidad, esta tristeza, y esta seguridad de que su magia, su vanguardismo, su originalidad, su locura, su genialidad, nos van a quedar y les van a quedar a generaciones y generaciones.
Hay que darle gracias por estar.
Beso, Santi. Un abrazo gigante.
Ahi va el capitán Beto por el espacio.
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