Bicementerio


Bicentenario, en la Revista MU, por Diego Parés.
Para los que quieran escuchar un cuento de Sacheri, leído por Alejandro Apo (no encontré el texto, pero si alguien lo tiene que lo pase y lo compartimos):


“Te conozco Mendizábal” de Eduardo Sacheri
Alejandro Apo
Donde quiera que estés
Lunes a Viernes de 15 a 17 hs
Radio Nacional AM 870
Duración: 21:56 min.





Uno de esos datos más duros de los que se conocieron recientemente acerca de la (indi)gestión del PRO en la Ciudad de Buenos Aires es el aumento de la mortalidad infantil. Más aún cuando se detalla la desigual situación en distintos barrios de la ciudad. No es que nos sorprenda, a ver, que el llamado "Macrismo" (la facilidad para crear "-ismos" es brutal) yendo en contra de los intereses de las mayorías y aún más de los sectores populares. Pero no deja de ser alarmante. Aprovechamos la entrevista que le hicieron Sandra Russo y Nora Veiras a Gabriela Cerruti en "El nombre de las cosas" por Radio Nacional (AM 870) para pegar un pantallazo breve y certero de la situación.



Gabriela Cerruti (Nuevo Encuentro) sobre el incremento de la mortalidad infantil en la Ciudad de Buenos Aires
Sandra Russo y Nora Veiras
El nombre de las cosas
Lunes a Viernes de 12.30 a 14 hs
Radio Nacional AM 870
Duración: 5:54 min.

Para jugar, indignarse y compartir, les recomendamos el crucigrama-denuncia que hicieramos con el Colectivo de Juegos semanas atrás. Que circule, porque es tan solo una gota de un mar de denuncias acerca de las atrocidades que están cometiéndose desde el Gobierno de la Ciudad.




Hacer clic en la imagen para agrandar (se abre en una ventana aparte)

Imagen: Dr. Lecter

¿Es "podri" pegarle a 678?



Cuando salió la nota sobre 678 en la revista Rolling Stone me la recomendó mi amigo Alejandro y la pude leer, parcialmente, en su casa. Hace algunos días, quizás una semana, empezó a circular la versión digital subida a la edición virtual de la revista.

La leímos juntos y en voz alta, polemizando en el medio, con mi compañera Eva. Y es que la mirada de Esteban Schmidt es ácida y provocadora. Por momentos rozando lo desagradable. Por momentos mandando la pelota a la tribuna. Pero evidentemente, como el mismo programa, no me (nos) fue indiferente. Sirvió para discutir de nuevo sobre el sentido mismo del programa y sobre el "Kirchnerismo" en general. Como si no se pudieran escindir ambas cosas.



Sé que suena antipático, pero sigo creyendo que el "Kirchner-ismo" no constituye realmente un "-ismo". Y también sé que mis argumentos son livianos. Creo que también son vacilantes cuando los pienso desde una izquierda por momentos aislada de los problemas cotidianos de los sectores populares, una izquierda declamatoria, esa de la clase media (mínimo) que va a la UBA. Y me encuentro discutiendo con esos compañeros de facultad que se presentan como troskistas: ellos acusándome de (volverme) "kirchnerista" y yo corriendolos con el "Cristinismo" y con cómo quedaron pedaleando en el aire con la Ley de Medios y la Asignación Universal por Hijo. Pero después me encuentro a otra gente, mi viejo -por poner un ejemplo- y los argumentos se cambian de prisma. Mutan.

Ahora que lo menciono, en esta manera de escribir en el blog que parece más fluir de ideas sueltas bajo un tema, vuelvo al argumento de mi padre. Él había dicho hace unos años: "Son peores que Menem, porque se hacen los que son de izquierda". Yo creo haberme peleado, polemizado para ser más sincero, sobre este punto unas mil veces. Si le hablo del articulado y la letra chica de la Ley 26.522 (de Servicios de Comunicación Audiovisual) me corre con argumentos propios del PTS: "Es todo contra Clarín, para que tenga un canal de televisión Moyano". Así es muy difícil.

Y creo que vale la pena recuperar una entrevista que le hicieron a Sandra Russo en ese muy buen programa de la mañana de FM La Tribu (FM 88.7) que es La Mar en Coche, en dónde Sandra dió inmejorables argumentos sobre el programa y su postura -muchas veces- de barricada, disputando la agenda del principal y espurio multimedios.

Porque todo empezó con esa pregunta del título del comentario: ¿Es "podri" pegarle a 678? (en base a leer esto en Twitter y el post que allí se menciona).

Y parece que sí. Pero aún así yo sigo poniéndolo casi siempre que estoy en casa a las 21. Que muchas veces, porque no suelo estar en ese horario, lo vi por Internet. Que -dependiendo del invitado de turno- puede ser un engorroso autobombo, un engendro autocelebratorio de nimiedades televisivas, una oda a las medidas del Gobierno que -en mi humilde opinión- son las más festejables en tanto administración del Estado Nacional, pero mezclado en muchos momentos de una obsecuencia ladina (generalmente en la voz de Barone), también se cuelan -vía Sandra, vía invitados como Laclau u Octavio Gettino- cosas muy interesantes y que realmente están fuera de la agenda mediática, pese a que éste no es un programa, digamoslo así, "periodístico".

Como todo en este espacio, parece que el tema volverá.



Sandra Russo: "En Argentina no se hace periodismo"
Diego Skliar y Alejandro Linares
La mar en coche
Lunes a Viernes de 9 a 12 hs
La Tribu FM 88.7
Duración: 16:35 min.
Compartimos y adherimos al comunicado de Prensa y a la convocatoria:
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MARTES 29 DE JUNIO, 15HS:
ESCRACHE A LA COMISARIA 4ta. DE BERISSO

Denunciamos el maltrato físico, verbal y el abuso sexual, producido por cuatro policías de la Comisaría 4ta. de Villa Argüello, a una compañera del Bachillerato Popular Bartolina Sisa de La Plata.
- BASTA DE IMPUNIDAD Y VIOLENCIA
- JUICIO Y CASTIGO A LOS ABUSADORES

Nos encontramos para repudiar estos hechos, en la calle 60 y 122 de la ciudad de La Plata


COMUNICADO DE PRENSA:
El día 2 de Junio de 2010 en horas de la madrugada, Vanesa Cuello viajaba en taxi con un amigo, regresaba de un cumpleaños en la localidad de Berisso y se dirigía a su casa.
A la altura de la Universidad Tecnológica un patrullero para al taxi, les pidió documentos a ella y a su amigo, maltratándolos a ambos, realizando todo tipo de manifestaciones discriminatorias.
Al pedirle el documento a Vanesa y advertir que en el mismo figuraba su nombre de varón- Vanesa es transexual y recientemente un Tribunal de familia acaba de confirmar su cambio de nombre, aunque aún el mismo no figura en su DNI- los policías a cargo del procedimiento comenzaron a efectuarle todo tipo de insultos y a golpearla, llevándosela detenida a la comisaría 4ta de Berisso sin explicación alguna. Una vez allí, tres de los policías que se encontraban en la comisaría abusaron sexualmente de ella, otorgándole la libertad unas horas más tarde. Vanesa radicó la denuncia en la Fiscalía el día 2 de junio.
Hechos como este constituyen una gravísima violación a los Derechos Humanos, y lamentablemente no resultan aislados. Son cotidianas las situaciones en que efectivos de las fuerzas de seguridad abusan de su poder, particularmente contra los grupos más vulnerables: niñxs y jóvenes, particularmente si son pobres, travestis, transexuales, trabajadoras sexuales, migrantes, cuidacoches, etc. Parece que la política de seguridad de la que tanto nos hablan los funcionarios de turno no incluye terminar con estas prácticas aberrantes. Entendemos que el Ministerio de Seguridad, máximo responsable de la Policía de la provincia de Buenos Aires debe dar respuesta por el esclarecimiento de estos hechos y de terminar con estas prácticas de hostigamiento y abusos por parte de la policía.


CONVOCAMOS EL DIA MARTES 29 DE JUNIO A LAS 15 HS.
EN LA CALLE 60 Y 122
PARA REPUDIAR Y ESCRACHAR
A LA COMISARIA 4ta. DE VILLA DE ARGUELLO, BERISSO.

BASTA DE ABUSO POLICIAL!!!
JUICIO Y CASTIGO A LOS ABUSADORES DE VANESA!!!!


FRENTE POPULAR DARIO SANTILLAN- FULP- CENTRO DE ESTUDIANTES DE AGRONOMIA-CENTRO DE ESTUDIANTES DE VETERINARIA-ASOCIACIÓN MIGUEL BRU- COLECTIVO DE VARONES ANTIPATRIARCALES- COLECTIVA FEMINISTAS LAS FURIOSAS- COMITE CONTRA LA TORTURA- AMMAR-CTA.

Saramago

"No creo en Dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona."
José Saramago (1922 - 2010).






Me había quedado pendiente.
Aprovecho la cita que leyó Aliverti el sábado pasado.
Y la imagen que publicara Daniel Paz en Página12.
Me quedan aún varios de sus libros por leer(lo).
Nos quedan muchas polémicas por retomar.

Octubre Pilagá


Durante la más reciente edición del BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) pudimos ver un documental de Valeria Mapelman sobre la brutal represión a los pobladores originarios del Norte de nuestro argentino, en la zona de la actual provincia de Formosa: "Octubre Pilagá, relatos sobre el silencio".

Los hechos que intenta recuperar el documental son los de la masacre a los Pilagá perpetrada por el Gobierno de Juan Domingo Perón en Octubre de 1947. La película es dura y elocuente, porque inevitablemente al presentar un "pasado" lo hacemos desde un "presente" y en este caso, a más de 60 años las condiciones de vida de estos pobladores de nuestro país ha sido sistemáticamente postergada. El INCAA dio parte del financiamiento para la finalización del film y por ello tiene los derechos para pasarla por Canal 7, así que esperemos que en breve se pueda ver. Compartimos el trailer:



El otro día, en el programa "El nombre de las cosas" de Radio Nacional que conduce Sandra Russo, entrevistaron Roxana Silva, abogada de la comunidad Pilagá de Formosa con motivo de las sistemáticas violaciones de derechos que sufren desde hace años. Aprovecho para comprartir el audio que dialoga con el "presente" de esta comunidad.



Por último, para sumar un poco más de información, les dejo el link a la nota que hicieron en la Agencia NAN con motivo de la proyección de la película en el BAFICI:

“Octubre Pilagá”: sobre dar voz a “lo silenciado”.- : Agencia NAN | Buenos Aires, Argentina (2006-2010): "Agencia NAN"

Algunos mini-dibujos

Hace unas semanas, en un cumpleaños, me hice de una libretita-souvenir. Es muy pequeña. Eso hace que sea ideal para hacer algunos garabatos. Comparto algunos que fotografié, no están escaneados. Ahora que los veo, parecieran enormes así retratados (varios de los dibujos son versiones libres de personajes de Liniers, hechas en momentos en que mi cerebro parte hacia lugares remotos en alguna clase de la facu).

Fellini 1:



Olga 1:



Pingüino 1 :


Misterio:



Enriqueta:



Fellini 2:



Olga 2:



Pingüino y Dragón:



Quake:



Hombre Mate:


“El muerto” de Jorge Luis Borges
Alejandro Apo
Donde quiera que estés
Lunes a Viernes de 15 a 17 hs
Radio Nacional AM 870
Duración: 14:18 min.

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"El muerto" (Jorge Luis Borges)

Que un hombre del suburbio de Buenos Aires, que un triste compadrito sin más virtud que la infatuación del coraje, se interne en los desiertos ecuestres de la frontera del Brasil y llegue a capitán de contrabandistas, parece de antemano imposible. A quienes lo entienden así, quiero contarles el destino de Benjamin Otálora, de quien acaso no perdura un recuerdo en el barrio de Balvanera y que murió en su ley, de un balazo, en los confines de Río Grande do Sul. Ignoro los detalles de su aventura; cuando me sean revelados, he de rectificar y ampliar estas páginas. Por ahora, este resumen puede ser útil.

Benjamín Otálora cuenta, hacia 1891, diecinueve años. Es un mocetón de frente mezquina, de sinceros ojos claros, de reciedumbre vasca; una puñalada feliz le ha revelado que es un hombre valiente; no lo inquieta la muerte de su contrario, tampoco la inmediata necesidad de huir de la República. El caudillo de la parroquia le da una carta para un tal Azevedo Bandeira, del Uruguay. Otálora se embarca, la travesía es tormentosa y crujiente; al otro día, vaga por las calles de Montevideo, con inconfesada y tal vez ignorada tristeza. No da con Azevedo Bandeira; hacia la medianoche, en un almacén del Paso del Molino, asiste a un altercado entre unos troperos. Un cuchillo relumbra; Otálora no sabe de qué lado está la razón, pero lo atrae el puro sabor del peligro, como a otros la baraja o la música. Para, en el entrevero, una puñalada baja que un peón le tira a un hombre de galera oscura y de poncho. Éste, después, resulta ser Azevedo Bandeira. (Otálora, al saberlo, rompe la carta, porque prefiere debérselo todo a sí mismo.) Azevedo Bandeira da, aunque fornido, la injustificable impresión de ser contrahecho; en su rostro, siempre demasiado cercano, están el judío, el negro y el indio; en su empaque, el mono y el tigre; la cicatriz que le atraviesa la cara es un adorno más, como el negro bigote cerdoso.

Proyección o error del alcohol, el altercado cesa con la misma rapidez con que se produjo. Otálora bebe con los troperos y luego los acompaña a una farra y luego a un caserón en la Ciudad Vieja, ya con el sol bien alto. En el último patio, que es de tierra, los hombres tienden su recado para dormir. Oscuramente, Otálora compara esa noche con la anterior; ahora ya pisa tierra firme, entre amigos. Lo inquieta algún remordimiento, eso sí, de no extrañar a Buenos Aires. Duerme hasta la oración, cuando lo despierta el paisano que agredió, borracho, a Bandeira. (Otálora recuerda que ese hombre ha compartido con los otros la noche de tumulto y de júbilo y que Bandeira lo sentó a su derecha y lo obligó a seguir bebiendo.) El hombre le dice que el patrón lo manda buscar. En una suerte de escritorio que da al zaguán (Otálora nunca ha visto un zaguán con puertas laterales) está esperándolo Azevedo Bandeira, con una clara y desdeñosa mujer de pelo colorado. Bandeira lo pondera, le ofrece una copa de caña, le repite que le está pareciendo un hombre animoso, le propone ir al Norte con los demás a traer una tropa. Otálora acepta; hacia la madrugada están en camino, rumbo a Tacuarembó.

Empieza entonces para Otálora una vida distinta, una vida de vastos amaneceres y de jornadas que tienen el olor del caballo. Esa vida es nueva para él, y a veces atroz, pero ya está en su sangre, porque lo mismo que los hombres de otras naciones veneran y presienten el mar, así nosotros (también el hombre que entreteje estos símbolos) ansiamos la llanura inagotable que resuena bajo los cascos. Otálora se ha criado en los barrios del carrero y del cuarteador; antes de un año se hace gaucho. Aprende a jinetear, a entropillar la hacienda, a carnear, a manejar el lazo que sujeta y las boleadoras que tumban, a resistir el sueño, las tormentas, las heladas y el sol, a arrear con el silbido y el grito. Sólo una vez, durante ese tiempo de aprendizaje, ve a Azevedo Bandeira, pero lo tiene muy presente, porque ser hombre de Bandeira es ser considerado y temido, y porque, ante cualquier hombrada, los gauchos dicen que Bandeira lo hace mejor. Alguien opina que Bandeira nació del otro lado del Cuareim, en Rio Grande do Sul; eso, que debería rebajarlo, oscuramente lo enriquece de selvas populosas, de ciénagas, de inextricable y casi infinitas distancias. Gradualmente, Otálora entiende que los negocios de Bandeira son múltiples y que el principal es el contrabando. Ser tropero es ser un sirviente; Otálora se propone ascender a contrabandista. Dos de los compañeros, una noche, cruzarán la frontera para volver con unas partidas de caña; Otálora provoca a uno de ellos, lo hiere y toma su lugar. Lo mueve la ambición y también una oscura fidelidad. Que el hombre (piensa) acabe por entender que yo valgo más que todos sus orientales juntos.

Otro año pasa antes que Otálora regrese a Montevideo. Recorren las orillas, la ciudad (que a Otálora le parece muy grande); llegan a casa del patrón; los hombres tienden los recados en el último patio. Pasan los días y Otálora no ha visto a Bandeira. Dicen, con temor, que está enfermo; un moreno suele subir a su dormitorio con la caldera y con el mate. Una tarde, le encomiendan a Otálora esa tarea. Éste se siente vagamente humillado, pero satisfecho también.

El dormitorio es desmantelado y oscuro. Hay un balcón que mira al poniente, hay una larga mesa con un resplandeciente desorden de taleros, de arreadores, de cintos, de armas de fuego y de armas blancas, hay un remoto espejo que tiene la luna empañada. Bandeira yace boca arriba; sueña y se queja; una vehemencia de sol último lo define. El vasto lecho blanco parece disminuirlo y oscurecerlo; Otálora nota las canas, la fatiga, la flojedad, las grietas de los años. Lo subleva que los esté mandando ese viejo. Piensa que un golpe bastaría para dar cuenta de él. En eso, ve en el espejo que alguien ha entrado. Es la mujer de pelo rojo; está a medio vestir y descalza y lo observa con fría curiosidad. Bandeira se incorpora; mientras habla de cosas de la campaña y despacha mate tras mate, sus dedos juegan con las trenzas de la mujer. Al fin, le da licencia a Otálora para irse.

Días después, les llega la orden de ir al Norte. Arriban a una estancia perdida, que está como en cualquier lugar de la interminable llanura. Ni árboles ni un arroyo la alegran, el primer sol y el último la golpean. Hay corrales de piedra para la hacienda, que es guampuda y menesterosa. El Suspiro se llama ese pobre establecimiento.

Otálora oye en rueda de peones que Bandeira no tardará en llegar de Montevideo. Pregunta por qué; alguien aclara que hay un forastero agauchado que está queriendo mandar demasiado. Otálora comprende que es una broma, pero le halaga que esa broma ya sea posible. Averigua, después, que Bandeira se ha enemistado con uno de los jefes políticos y que éste le ha retirado su apoyo. Le gusta esa noticia.

Llegan cajones de armas largas; llegan una jarra y una palangana de plata para el aposento de la mujer; llegan cortinas de intrincado damasco; llega de las cuchillas, una mañana, un jinete sombrío, de barba cerrada y de poncho. Se llama Ulpiano Suárez y es el capanga o guardaespaldas de Azevedo Bandeira. Habla muy poco y de una manera abrasilerada. Otálora no sabe si atribuir su reserva a hostilidad, a desdén o a mera barbarie. Sabe, eso sí, que para el plan que está maquinando tiene que ganar su amistad.

Entra después en el destino de Benjamín Otálora un colorado cabos negros que trae del sur Azevedo Bandeira y que luce apero chapeado y carona con bordes de piel de tigre. Ese caballo liberal es un símbolo de la autoridad del patrón y por eso lo codicia el muchacho, que llega también a desear, con deseo rencoroso, a la mujer de pelo resplandeciente. La mujer, el apero y el colorado son atributos o adjetivos de un hombre que él aspira a destruir.

Aquí la historia se complica y se ahonda. Azevedo Bandeira es diestro en el arte de la intimidación progresiva, en la satánica maniobra de humillar al interlocutor gradualmente, combinando veras y burlas; Otálora resuelve aplicar ese método ambiguo a la dura tarea que se propone. Resuelve suplantar, lentamente, a Azevedo Bandeira. Logra, en jornadas de peligro común, la amistad de Suárez. Le confía su plan; Suárez le promete su ayuda. Muchas cosas van aconteciendo después, de las que sé unas pocas. Otálora no obedece a Bandeira; da en olvidar, en corregir, en invertir sus órdenes. El universo parece conspirar con él y apresura los hechos. Un mediodía, ocurre en campos de Tacuarembó un tiroteo con gente riograndense; Otálora usurpa el lugar de Bandeira y manda a los orientales. Le atraviesa el hombro una bala, pero esa tarde Otálora regresa al Suspiro en el colorado del jefe y esa tarde unas gotas de su sangre manchan la piel de tigre y esa noche duerme con la mujer de pelo reluciente. Otras versiones cambian el orden de estos hechos y niegan que hayan ocurrido en un solo día.

Bandeira, sin embargo, siempre es nominalmente el jefe. Da órdenes que no se ejecutan; Benjamín Otálora no lo toca, por una mezcla de rutina y de lástima.

La última escena de la historia corresponde a la agitación de la última noche de 1894. Esa noche, los hombres del Suspiro comen cordero recién carneado y beben un alcohol pendenciero. Alguien infinitamente rasguea una trabajosa milonga. En la cabecera de la mesa, Otálora, borracho, erige exultación sobre exultación, júbilo sobre júbilo; esa torre de vértigo es un símbolo de su irresistible destino. Bandeira, taciturno entre los que gritan, deja que fluya clamorosa la noche. Cuando las doce campanadas resuenan, se levanta como quien recuerda una obligación. Se levanta y golpea con suavidad a la puerta de la mujer. Ésta le abre en seguida, como si esperara el llamado. Sale a medio vestir y descalza. Con una voz que se afemina y se arrastra, el jefe le ordena:

-Ya que vos y el porteño se quieren tanto, ahora mismo le vas a dar un beso a vista de todos.

Agrega una circunstancia brutal. La mujer quiere resistir, pero dos hombres la han tomado del brazo y la echan sobre Otálora. Arrasada en lágrimas, le besa la cara y el pecho. Ulpiano Suárez ha empuñado el revólver. Otálora comprende, antes de morir, que desde el principio lo han traicionado, que ha sido condenado a muerte, que le han permitido el amor, el mando y el triunfo, porque ya lo daban por muerto, porque para Bandeira ya estaba muerto.

Suárez, casi con desdén, hace fuego.

¡Zambaaaaaa!



Este año 2010 viene cargado de múltiples producciones alusivas al tan repetido "Bicentenario". No me parece necesariamente desestimable cualquier posibilidad de revisar la tumultuosa historia argentina: muy por el contrario, creo que es una buena excusa para repasar 200 años de hechos y luchas, personajes heróicos y varios cientos de villanos. También, en cada caso, uno realiza recortes de esa "Historia" (así, con mayúsculas) y re-piensa en función de trayectorias y discusiones propias del contexto.

Durante estos meses, el (podría decirse) educativo e innovador Canal Encuentro, también incursionó en un género que pareciera nunca haber despegado del todo en nuestro país (con algunas excepciones y pese a ser -según algunos- un invento argentino): los dibujos animados.



Con una estética y dinámica narrativa más cercana al "animé" (dibujos animados japoneses), con canciones de Beto Caletti (que comparte apellido con el actual Decano de la Facultad de Sociales de la UBA pero desconozco su parentesco), con unas actuaciones de voces muy logradas (no es algo fácil de encontrar en los doblajes nacionales, pensando en el entrenamiento auditivo que tenemos al "español neutro", que tiene poco de nuetralidad) y un largo etcétera.

Un último punto, la trama de la serie (compuesta por 4 capítulos de unos 20 minutos cada uno y que se pueden ver a continuación) parte de la excursión de un grupo de estudiantes de Formosa hacia el Cabildo, dónde el protagonista de la tira (Zamba) viajará en el tiempo y se topará con la actualidad de 1810.



No se hable más. Los invito a compartirlo.
Intenten darle una oportunidad, con el primer capítulo, para ver si se enganchan.
Y si les gusta, que circule, porque no tuvo mayormente difusión: y es una pena, porque está muy bien planteado, desarrollado y hasta supervisado por investigadores de UBA-CONICET (ya desde el principio, la mirada sobre la esclavitud y el contexto internacional es una linda manera de plantearlo a los niños y las niñas sin golpes bajos y sin sobre-lavar los conflictos de la época).

Hay que decirlo: Zamba, te bancamos.

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La asombrosa excursión de Zamba en el Cabildo.

Capítulo 01: La excursión al Cabildo


Capítulo 02: Se decide el Cabildo Abierto


Capítulo 03: El pueblo pide el Cabildo Abierto


Capítulo 04: El 25 de mayo de 1810

Si Evita viviera...

"...sería Tortillera", según cuenta una pintada en algún barrio de este extenso país.




Y desde La Matanza, según relata su origen mítico, se destaparon y se organizan los Putos Peronistas. "Tortas, Travas, Trans y Putos del Pueblo", al decir de esta Agrupación Nacional en su flamante "Unidad Básica Virtual". El peronismo es realmente un fenómeno de nuestra historia reciente totalmente inasible y contradictorio. Para colmo, llegaron lxs chicxs de "Putos Peronistas" y "Evita Tortillera" a darle un poco de diversidad del campo nacional y popular.

En estos últimos meses, además, están teniendo una creciente exposición pública. Por un lado, con su programa de radio en Radio Gráfica FM 89.3 que se titular "Por el chori y por la torta" (pueden encontrar los programas anteriores subidos en su grupo de Facebook o escucharlos en vivo por Internet, los domingos a las 22 hs). Por otro lado, con intervenciones y denuncias. Por ejemplo, su presencia en el Senado de la Nación por el llamado "matrimonio igualitario" (aunque muchos reconocen como "matrimonio gay" o "matrimonio entre personas del mismo sexo"). Recuerdo un comentario que habían puesto en su Facebook hace unas semanas, cuando estaba por tratarse el proyecto, en el que reflexionaban sobre qué posición tomar ante el "matrimonio", pensando en lxs y lxs que aún se van a seguir cagando de hambre en el conurbano -pero ahora se podrían casar-.



En esta ocasión, la intención era dar cuenta de este emergente en la política nacional y acercarles sus formas de difusión. Probablemente en los "post" venideros, podrámos aportarles alguna vuelta o reflexión sobre esta compleja identidad que se presenta desde asumirse como "Puto" y "Peronista" en la Argentina de hoy.

Desparecidxs (e invisibilizadxs)

Este post es, brevemente para compartir unos videos que circularon por una lista de mails de la Facultad.




Dos de ellos son las dos partes de un informe y una entrevista que realizaron sobre la desaparición de Luciano Arruga (a manos de la policía de Lomas del Mirador) en el programa "Palabras más, palabras menos" de Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda en el canal de noticias TN (Grupo Clarín). Creo que el video es elocuente. Arranca con una suerte de autocrítica de uno de los periodistas. Podemos decir muchas cosas, hacia atrás, del canal por el que salió y de los conductores en cuestión (particularmente a Zloto me parece que no le cabe el mismo análisis que a su compañero). Pero lo cierto es que, a un año y medio de la desaparición de Luciano Arruga, ahí están retomando el caso. ¿Alcanza para redimir la complicidad de los medios en general en ocultar este y otros tantos casos? No. Claramente que no.

El otro video circuló en otro mail, en respesta una supuesta polémica sobre que el programa "678" (TV Pública-Canal 7) no había denunciado el caso. El video, en este caso, está mostrandonos un par de cosas. La primera: se hicieron eco de la denuncia por la intervención en el programa en vivo de "CQC". La segunda: fue hace un año atrás (05/08/09). La tercera: Al cerrar el video, como pocas veces sin caer en el discurso netamente de barricada, retoman un perfil más bien periodístico para dar cuenta del caso de Luciano. Pero, lo interesante, es que el testimonio que muestran lo toman del Noticiero de Canal 13 (Grupo Clarín) al mediodía. Cuando, habitualmente, se abastecieron de las coberturas de temas no necesariamente centrales en otros canales hacen en el noticiero de Canal 7.



Me pasó también de pensar en los varios cientos de casos tanto de gatillo fácil por la policía en los barrios cómo las cientas de mujeres, niñas y niñas secuestradas por redes de trata de personas para la explotación sexual, ¿Cómo y cuánto aparecen en los medios? Y cuando aparecen, ¿Cómo aparecen presentados los terribles casos que estamos comentando? No tengo la respuesta.

La "otra" madre



El suplemento SOY de Página12 tiene una agenda temática totalmente inhallable en otros medios gráficos de tirada masiva en la Argentina. Hago la salvedad de "tirada masiva" y "gráficos" porque puede que existan otros que desconozca, pero, me parece, ninguno lo hace en esta medida.

El viernes pasado (11 de junio de 2010) dedicaron su tapa a la "otra" madre, la madre no biológica que integra una pareja de lesbianas. Lo hicieron a través de distintos testimonios en primera persona tomados de un libro de Harlyn Aizley, "Other Mother" (La otra madre. Confesiones de madres no biológicas y lesbianas).

Les comparto especialmente (y pego al final del post) el testimonio de Marta Dillon, por lo tierno y lo bello de cómo lo cuenta. Pueden ver todos en este link (abre aparte).

Para los que quieran seguir ahondando en este tema, les comentamos que el grupo "Lesmadres" sacó su segundo cuadernillo titulado "Nuestras familias y sus leyes: situación y resguardos legales", puede descargarse de su página web.

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"El nombre propio"


Por Marta Dillon

Nuestro hijo, F., usa unas pocas palabras. Es que él habla con dicción perfecta o se calla, presunción que agota su vocabulario en: asco, agua, caca, auto, mirá, dejame, dame, listo, chau, no. Anoche creímos que decía “youtube”, pero de inmediato nos rescatamos, no es posible que diga semejante cosa antes que mamá. Además, cuando quiere que le ponga videos de los muppets me pide “mi mi”, que es la sílaba con que se canta la Canción de la Alegría según los célebres muñecos. Por supuesto –por supuesto dice esta madre babosa– repite muchas otras palabras: desde los nombres de sus amigos hasta “uh ha”. Quiere decir upa, algo que le enseñé yo. Aunque yo le enseñé a pedir “upa, mami”, él se quedó con lo fundamental (brazos arriba y sonido gutural). Sabe, como solemos aprender quienes hemos sido amados a esa edad, que alguien lo va a entender. Sobre todo nosotras, sus mamis. Sin embargo, debo decir que se nos cruzó por la cabeza que sea la sobreabundancia de madres –y esa necesidad de decir mami A. y mami Marta todo el tiempo– lo que lo aleja de las dos sílabas mágicas y entonces empezamos a intentar entre nosotras la estrategia de nombrarnos distintas, una mamá, la otra mami. Pero la verdad es que se nos confunde. Y además no nos resulta justo. ¿Quién quiere quedarse con el diminutivo para siempre y quién con la solemnidad de la palabra completa? Las dos somos madres y a las dos nos toca de tanto en tanto eso de “tu hijo” y también él puede escuchar de ambas bocas “es que tu madre...”, fórmulas típicas de las rencillas cotidianas que en definitiva son el meollo de la vida misma.

Sin embargo, y por las dudas, también lo alentamos a que nos llame por nuestros nombres. En mi caso, al menos. En el caso de A., su nombre es tan largo que optó por su apellido bisílabo, a lo que nuestro hijito respondió muy bien... en los siguientes cinco minutos. Después lo olvidó, como olvidó el “ta ta” con que responde a veces a mi insistencia.

Intimamente creo que A. se merece el primer “mamá”. No sólo por haberlo gestado y parido con la majestad y el poder que tales tareas requieren; también porque es mi amor y entonces quisiera ser testigo de ese temblor que provocan las primeras veces. Además, debo decirlo, F. ya me ha regalado momentos memorables. Como querer venir conmigo aun estando en brazos de ella, que lo amamantó durante más de un año. O morderme la nariz de pura euforia porque todavía no sabe dar besos más que a la distancia y cuando se despide.

¿Es necesario que me diga mamá para saber que eso soy para él? Ahora puedo decir que no. Aunque el tiempo de la adopción, ese que sucede entre el extrañamiento y el amor incondicional, incuba el germen de la duda. A la distancia puedo decir que fue un tiempo corto, aun cuando la adopción de este hijo que no parí sea un compromiso que se renueva a diario, como los votos del amor. La misma noche en que nació, F. durmió sobre mi pecho, toda la noche. Su otra madre durmió a nuestro lado, a pata suelta, agotada y tranquila. En esas horas se fundieron nuestros olores y nuestros latidos –una manía más de la que cuesta despegarse. ¿Hay algo mejor que dormir en dulce montón?–, mi insomnio de ojos como platos con la respiración relajada de los dulces durmientes. En esas horas después del parto, yo estaba teniendo a mi hijo, literal y metafóricamente.

Hace poco, mientras comíamos en un restaurante, salimos A. y yo a fumar un cigarrillo. Otro fumador se acercó a hablarnos. ¿Vinieron solas? Nos miramos. ¿Acaso no éramos dos? A. se adelantó: “Sí, vinimos sin hijos”. El tipo insistió, solas para él era sin machos. “Somos una pareja”, dije yo. Como un hábil pescador, el tipo recogió la línea tan rápido como pudo, preguntó cuántos hijos teníamos, dijo qué lindo, él también tenía los suyos. Después de esa conversación, A. me dijo: “Estoy harta de que digas que tenemos un solo hijo. Tenemos dos, y una nieta”. A ella, adoptar a nuestra hija mayor le llevó varios años. Su reclamo fue más dulce que un beso en la boca. Además, supe otra cosa. Nuestra hija mayor jamás le va a decir mamá a A. Pero la maternidad es un vínculo que se ejerce unilateralmente. Para decirlo en criollo: un viaje de ida.

Con F., nuestro bebé, es distinto, por supuesto. Para él y con él estamos inventando una constelación nueva. Además de sus dos madres tiene un padre, lo que convierte todo en más difícil de explicar –extrañamente– a vecinxs, empleadas domésticas e incluso familiares. Creo que nuestrxs amigxs tienen menos problemas al respecto. Estoy segura de que F. no tiene ninguno, aunque puedo imaginar su revoleo de ojos en señal de hartazgo cada vez que tenga que hacerse cargo de su propio coming out familiar.

Hay consenso entre quienes nos rodean en que F. tiene mis ojos, el placer por bailar heredado de su padre y el carácter impetuoso de su otra madre. “Otra”, sí, porque soy yo quien escribe, mami Marta, aunque todavía es una incógnita saber cómo me va a nombrar. Qué importa, en este viaje de ida lo importante no es llegar, mucho menos tener retorno. Lo que importa es andar el camino. Y en eso estamos, en eso estamos.

Testimonios recogido por Harlyn Aizley en su libro Other Mother.
(La otra madre. Confesiones de madres no biológicas y lesbianas) Beacon Press, Boston.
No quería hacer grandes preámbulos pero considerando que esta será la primera vez que incluya un cuento y un audio, la propuesta viene así: El relato en cuestión es "El marica" de Abelardo Castillo. No lo conocía hasta que lo leyó Alejandro Apo en su programa de Radio Nacional.

Dado que tuvieron la feliz idea de subirlo a la web de la radio, lo "rescaté" y busqué el texto para los que no puedan escuchar la lectura del Gran Alejo o prefieran leerlo puedan elegir qué hacer (lo encontré acá). Es muy breve. Espero que lo disfruten, aunque no estoy seguro que sea "disfrute" la palabra más adecuada.

Una última cosa, para que conste, la manera de presentar el audio debajo del reproductor embebido de DivShare se inspira (y emula) la forma que tiene el Blog de Contenidos de Juan Mansilla, que siempre menciono como una referencia en materia de blogs y medios (especialmente en relación a la radiofonía argentina). Eso nomás.



“El marica” de Abelardo Castillo
Alejandro Apo
Donde quiera que estés
Lunes a Viernes de 15 a 17 hs
Radio Nacional AM 870
Duración: 9:13 min.

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“El marica”
de Abelardo Castillo


Escuchame, César: yo no sé por dónde andarás ahora, pero cómo me gustaría que leyeras esto. Sí. Porque hay cosas, palabras, que uno lleva mordidas adentro, y las lleva toda la vida. Pero una noche siente que debe escribirlas, decírselas a alguien porque si no las dice van a seguir ahí, doliendo, clavadas para siempre en la vergüenza. Y entonces yo siento que tengo que decírtelo. Escuchame.

Vos eras raro. Uno de esos pibes que no pueden orinar si hay otro en el baño. En la laguna, me acuerdo, nunca te desnudabas delante de nosotros. A ellos les daba risa, y a mí también, claro; pero yo decía que te dejaran, que cada uno es como es. Y vos eras raro. Cuando entraste a primer año, venías de un colegio de curas; San Pedro debió de parecerte, no sé, algo así como Brobdignac. No te gustaba trepar a los árboles, ni romper faroles a cascotazos, ni correr carreras hacia abajo entre los matorrales de la barranca. Ya no recuerdo como fue. Cuando uno es chico, encuentra cualquier motivo para querer a la gente. Sólo recuerdo que de pronto éramos amigos y que siempre andábamos juntos. Una mañana hasta me llevaste a misa. Al pasar frente al café, el colorado Martínez, dijo con voz de flauta: “adiós los novios”. A vos se te puso la cara como fuego. Y yo me di vuelta, puteándolo, y le pegué tan tremendo sopapo, de revés, en los dientes, que me lastimé la mano. Después, vos me la querías vendar. Me mirabas.

—Te lastimaste por mí, Abelardo.

Cuando hablaste sentí frío en la espalda: yo tenía mi mano entre las tuyas y tus manos eran blancas, delgadas. No sé. Demasiado blancas, demasiado delgadas.

—Soltame —dije.

A lo mejor no eran tus manos, a lo mejor era todo: tus manos y tus gestos y tu manera de moverte, de hablar. Yo ahora pienso que antes también lo entendía, y alguna vez lo dije: dije que todo eso no significaba nada, que son cuestiones de educación, de andar siempre entre mujeres, entre curas. Pero ellos se reían y uno también, César, acaba riéndose. Acaba por reírse de macho que es.

Y pasa el tiempo y una noche cualquiera es necesario recordar, decirlo todo.

Fuimos inseparables. Hasta el día en que pasó aquello yo te quise de verdad. Oscura e inexplicablemente como quieren los que todavía están limpios. Me gustaba ayudarte. A la salida del colegio íbamos a tu casa y yo te enseñaba las cosas que no comprendías. Hablábamos. Entonces era fácil contarte, escuchar todo lo que a los otros se les calla. A veces me mirabas con una especie de perplejidad, con una mirada rara; la misma mirada, acaso, con la que yo no me atrevía a mirarte. Una tarde me dijiste:

—Sabés, te admiro.

No pude aguantar tus ojos; mirabas de frente, como los chicos y decías las cosas del mismo modo. Eso era.

—Es un marica.

—Déjense de macanas. Qué va a ser marica.

—Por algo lo cuidás tanto…

Y se reían. Y entonces daban ganas de decir que todos nosotros, juntos, no valíamos la mitad de lo que valía él, de lo que valías, pero en aquel tiempo la palabra era difícil, y la risa fácil. Y uno también acepta —uno también elige—, acaba por enroñarse, quiere la brutalidad de esa noche, cuando vino el negro y dijo me pasaron un dato. Me pasaron un dato, dijo, que por las quintas hay una gorda que cobra cinco pesos, vamos y de paso lo hacemos debutar al machón, al César. Y yo dije macanudo.

—César, esta noche vamos a dar una vuelta con los muchachos. Quiero que vengas.

—¿Con los muchachos?…

—Sí. Qué tiene.

—Y bueno, vamos.

Porque no sólo dije macanudo, sino que te llevé engañado. Y fuimos. Y vos te diste cuenta de todo cuando llegamos al rancho. La luna enorme, me acuerdo: alta entre los árboles.

—Abelardo, vos lo sabías.

—Callate y entrá.

—¡Lo sabías!

—Entrá, te digo.

El marido de la gorda, grandote como la puerta, nos miraba socarronamente. Dijo que eran cinco pesos. Cinco pesos por cabeza, pibes: siete por cinco treinta y cinco. Verle la cara a Dios, había dicho el negro. De la pieza salió un chico, tendría cuatro o cinco años. Moqueando, se pasaba el revés de la mano por la boca. Nunca me voy a olvidar de aquel gesto. Sus piecitos desnudos eran del mismo color que el piso de tierra.

El negro hizo punta. Yo sentía una cosa, una pelota en el estómago. No me atrevía a mirarte. Los demás hacían chistes brutales. Desacostumbradamente brutales, en voz de secreto. Estaban, todos estábamos asustados como locos. A Roberto le tembló el fósforo cuando me dio fuego.

—Debe estar sucia.

Después, el negro salió de la pieza y venía sonriendo. Triunfador. Abrochándose.

Nos guiñó un ojo.

—Pasa vos, Cacho.

—No, yo no. Yo después.

Entró el colorado, después Roberto. Y cuando salían, salían distintos. Salían no sé, salían hombres. Si, esa era la impresión que yo tenía.

Después entré yo. Y cuando salí, vos no estabas.

—¿Dónde está César?

No recuerdo si grité, pero quise gritar. Alguien me había contestado: disparó. Y el alemán —un ademán que pudo ser idéntico al del negro— se me heló en la punta de los dedos, en la cara, me lo borró el viento del patio, porque de pronto yo estaba fuera del rancho.

—Vos también te asustaste, pibe.

Tomando mate contra un árbol vi al marido de la gorda; el chico jugaba entre sus piernas.

—Qué me voy a asustar. Busco al otro, al que se fue.

—Agarró pa ayá —con la misma mano que sostenía la pava, señaló el sitio. Y el chico sonreía. El chico también dijo pa ayá.

Te alcancé frente al Matadero Viejo; quedaste arrinconado contra un cerco. Me mirabas. Siempre me mirabas.

—Lo sabías.

—Volvé.

—No puedo, Abelardo, te juro que no puedo.

—Volvé, ¡Animal!

—Por Dios que no puedo.

—Volvé o te llevo a patadas en el culo.

La luna grande, no me olvido, blanquísima luna de verano entre los árboles y tu cara de tristeza o de vergüenza, tu cara de pedirme perdón, a mí, tu hermosa cara iluminada, desfigurándose de pronto. Me ardía la mano. Pero había que golpear, lastimar, ensuciarte para olvidarme de aquella cosa, como una arcada, que me estaba atragantando.

—Bruto —dijiste—. Bruto de porquería. Te odio. Sos igual, sos peor que los otros.

Te llevaste la mano a la boca, igual que el chico cuando salía de la pieza. No te defendiste.

Cuando te ibas, todavía alcancé a decir:

—Maricón. Maricón de mierda.

Y después lo grité.

Escuchame, César. Es necesario que leas esto. Porque hay cosas que uno lleva mordidas, trampeadas en la vergüenza toda la vida, hay cosas por las que uno, a solas, se escupe la cara en el espejo. Pero de golpe, un día, necesita decirlas, confesárselas a alguien. Escuchame.

Aquella noche, al salir de la pieza de la gorda, yo le pedí, por favor, no se lo vaya a contar a los otros.

Porque aquella noche yo no pude. Yo tampoco pude.

Hartos Evos aquí hay

Comparto un dibujo del compañero-presidente Juan Evo Morales Ayma que hice a pedido de unos amigos que junto a otros compañeros de la Facultad de Sociales (UBA) en 2006 participaron de una revista estudiantil que se llamó "Trinchera" y sólo sacaron un par de números.
Lo publicaron en blanco y negro para una nota sobre la "Estratégica energética" en Bolivia, en su número 1. Acá una versión coloreada vía computadora con trazos (e inspiración) a-lo-Daniel Paz.



Para verlo más grande hacer clic en la imagen (abre en otra ventana) o entrar vía: http://cor.to/evo

Aprovecho el envión de compartir el dibujo del Evo para pegar acá abajo la versión completa del capítulo sobre el Presidente del hermano país en el ciclo conducido por Daniel Filmus que saliera por Canal 7-TV Pública y el Canal Encuentro. Dura 1 hora nomás.

Colectivo de Juegos

Hace unos meses, cuando cuando arrancamos el Colectivo de Juegos, una vieja amiga nos hizo una breve nota virtual -sobre el naciente proyecto- para la sección sobre blogs de ElAcople.com. En ella decíamos, sobre el proyecto, cosas tales como:

"No hay réditos ecónomicos con ellos, lo que ponemos principalmente en juego, valga la redundancia, es que mientras 'jugamos' podemos abrir espacios para la reflexión, para la memoria, para la difusión de hechos históricos, de posiciones frente a los mismos también, porque nosotros también tomamos partido".



En aquella ocasión también nos preguntaron "¿A qué típico juego de niños deberíamos seguir jugando como "adultos"?

La respuesta la trascribo textual: "Aquí nos permitimos hacer una referencia a algo que publicamos al comenzar con el blog donde, parafraseando a Bernard Shaw, decíamos que no dejamos de jugar porque nos volvamos “viejos” sino que nos volvemos “viejos” porque dejamos de jugar. Nunca hay que dejar de jugar. Lo que no significa vivir obnubilados por el ocio y la inacción."

Algunas de esas cosas ya las habíamos ensayado en un texto previo al arranque del blog -en el primer día de este año- que titulamos "Fundamentos para la Memoria y la Reflexión a través del Juego".

Lo cierto es que el formato es más propio de las típicas revistas de Juegos. Mucho más cómodos de manera impresa (dejamos en cada "post" los links para descargar el juego en formato PDF o Word -en Blanco y Negro- para poder imprimirlo, compartirlo o jugarlo en papel) aunque la virtualidad nos permite jugar con colores y las imágenes más libremente y también permite que puedan repartirse de manera abierta y libre por todos los medios y redes sociales. En fin, hay de todo: Crucigramas, Sopas de Letras, Palabras Cruzadas, Diagramas, Criptofrases, Juegos de lógica, Históricos, Culturales, Políticos, etc., con una impronta más bien Argentina o más ampliamente Latinoamericana.

Esta cosa tan típica de los medios virtuales, de que un nuevo "post" tapa al anterior, hace que sea más conveniente recurrir a unos "resúmenes" de los juegos que subimos cada mes en el blog. Por ejemplo: el de los primeros cuatro meses (abre en una ventana aparte).

En resumen, hoy por hoy, contra viento y marea, cada viernes lanzamos nuevos juegos (al menos uno nuevo cada semana) y los días martes subimos las soluciones. He usufructuado entonces un poco de este espacio también para difundirlos.




Afiche que hicimos para recordar un nuevo aniversario el golpe de Estado y la dictadura militar genocida (1976-1983)

Noticias de ayer

"En el medio" es un muy buen programa de la bellísima señal creada y administrada por el Ministerio de Educación de la Nación. Conducido por Gisela Busaniche, ya va -si no me equivoco- por su segunda temporada por el Canal Encuentro. Se puede cada capítulo "nuevo" los viernes a las 22:30 y luego tienen varias repeticiones.
Además, en la página web del canal hay una sección que se llama Descagas Encuentro en dónde se pueden ver y descargar programas ya emitidos u otros materiales similares (como por ejemplo un capítulo de este programa sobre Periodismo de género que aún no pude ver)



Compartimos acá, en la semana en que se conmemoró el lunes 7 el llamado "día del periodista", un programa dedicado a los diarios. Hace menos de un mes arrancó un diario nuevo (Tiempo Argentino) y hay uno en un conflicto que está teniendo por suerte un poco más de visibilidad y solidaridad de varios periodistas de otros medios (Crítica de los Argentinos). También hay diarios como La Nación y sus intentos de despido más recientes, o de Clarín que no tienen Comisión Interna y tienen en todo el "Grupo" una persecusión sindical de la que poco se habla. Con relación "Crítica...", se pueden ver el blog de los trabajadores del diario (acá) y seguirlos en Twitter (acá).


Dos videos más: uno -del noticiero Visión Siete (Canal 7-TV Pública)- en el que la Presidente recibió a trabajadores del diario Crítica de la Argentina (rebautizado en el día del periodista "Crítica de los Trabajadores" en la edición especial que el lunes editaron y también le entregaron en esa ocasión); y otro (vía TV PTS) del acto en la puerta del diario "Crítica..." también el lunes. Nótese, en este último, el testimonio de Tomás Eliashev (sí, es el hijo de "Pepe", aunque parezca mentira). Una cosa más: Descubrimos también, en el minuto 7:58, pasando por detrás a un amigo de la casa.

En un par de horas arranca el Mundial.



- Vía Daniel Paz.

Evita

Comparto un dibujo que hice allá por los comienzos de este año.



La compañera María Eva Duarte de Perón.
Lápiz.
Buenos Aires,
01 de Enero de 2010.

Violencia(s) de género

El post anterior se centraba en unas primeras impresiones acerca del tan acallado tema del aborto, el derecho a decidir (por parte de las mujeres, sobre su cuerpo) y el lugar que ocupamos los "varones".

Hoy, a la vuelta de mi casa, cuando salía con la bicicleta presencié una secuencia tensa: Un hombre le gritaba a una mujer. La mujer lloraba. Él le decía cosas que, por lo que pude escuchar en ese momento parecían reproches por algún asunto familiar, algo con relación a la madre de la mujer. Yo volví hacia atrás con la bici, me puse relativamente cerca (dejando que el hombre me vea, pero sin hacerme el héroe) para que se notara que estaba presenciando lo que pasaba. Saqué el celular. Realmente no sabía a dónde llamar, ¿debía llamar al 137? La cuestión es que me quedé un par de minutos así, hasta que amainó la situación y me fui.

Mientras pedaleaba, me retumbó un largo rato el qué-debería-haber-hecho ante lo que pasaba. Creo que no es descabellado pensar que esta es una de tantas otras situaciones de violencia(s) que se ven en la calle y de las que no hay un decálogo tan claro de cómo intervenir. Aún así, quedó latiendo. Horas después, a la hora del mediodía, en una pausa para almorzar, en dónde estaba había una televisión prendida. En el Noticiero de Canal 13 mostraban las fotos de una -como mínimo poco feliz- producción de la Revista Caras con una ¿modelo/actriz/conductora? (Victoria Vanucci) con las ropas desgarradas, maquillada cómo si la hubieran golpeado y ensangrentada.

Lo primero que escuché, quizás por la atención que le presto por estos días es que se referían al caso como una situación repudiable (Vanucci habría denunciado por "violencia doméstica" a su marido) y al principio mantenían la categoría "violencia doméstica". La idea detrás de la asimilación entre "doméstico" y "mujer" tiene una consideración sobre los géneros en principio cuestionable. Detrás del paraguas de "lo doméstico" se amparó durante años (basta con mirar las situación en los entornos familiares y conyugales que conocemos) un tipo de justificación de la violencia de los maridos con sus esposas como algo "normal" o "cotidiano".

Unos minutos después (incluso tras anunciar la presencia de una "especialista") en los adelantos y comentarios, conductores y columnista (la inefable Catalina Dlugi), empezaron a referirse al tema como "violencia de género". Quiero creer que no es una banalización más (la primera sería la de las fotos de la Revista de Editorial Atlántida), sino un aporte a tiempo en darle un poco más de complejidad y prudencia a lo que se dice.

Me llegó por mail (vía Sofi) que se vienen los -esperables- comentarios de distintos organismos de Lucha contra la Violencia de Género (y otros tipos de violencias). Hoy más que nunca, cuando se habla -en algunos casos- de manera muy liviana sobre "el rol del periodismo", queda mucho por revisar sobre el cómo los medios abordan estas problemáticas, cómo construyen representaciones sobre nuestras relaciones. Porque de eso se trata, una vez más, de cómo actuamos con nuestros cuerpos en el día a día. ¿A dónde nos "formamos" como sujetos (y sujetas)?
Pienso en voz alta, o al calor del tipeo, y pregunto un 9 de junio -pero- de 2010: ¿Cuál es el rol del periodismo (no sólo de "los medios") en todo esto? ¿A quién se le ocurre joder con una sesión de fotos como esta? ¿La Revista Caras o el Noticiero del 13 saben lo que es un femicidio? ¿Y los demás canales de televisión que ponen las fotos una y otra vez?

Inocultablemente indignado, aún sigo pensando en cómo se tienden los lazos entre una cosa y la otra. Entre la violencia en la calle y la violencia mediatizada.


Buscando un link a las fotos mencionadas me topé con este fragmento del programa "Mañananeras" (América) que comentan el tema con Guadalupe Tagliaferri, titular de la Dirección General de la Mujer de la Ciudad de Buenos Aires

¿El tema más importante de la agenda 2010?

Quizás el título suene grandilocuente. Lo sé. Pero creo que ya es hora de que logremos que las mujeres decidan efectivamente sobre sus cuerpos, de manera segura, libre, gratuita y en los hospitales públicos. No se toleran más postergaciones.

Sí, estoy hablando de la legalización, despenalización y descriminalización del aborto.

Hace unos días leía un post del blog "Masculinidades en deconstrucción" sobre los hombres de izquierda o progresista (no es esencialmente lo mismo pero a los fines de lo que sigue, lo mismo da) y volví a sentir la misma incomodidad que siento cuando intento hablar del tema con otros "varones".

Cada uno realiza sus propias trayectorias y establece sus posiciones sobre distintos temas. Más allá de que las y los invito a leer el texto completo para sacar sus propias conclusiones o armarse de nuevos argumentos para nuevas discusiones, me permito resumir en unas líneas lo central del argumento: durante la más reciente Feria del Libro Independiente (FLIA) realizada en el Estacionamiento Recuperado de la Sede de Marcelo T. de Alvear de la Facultad de Cs. Sociales (UBA), integrantes de la "Linea Aborto: Más Información, Menos Riesgos" organizaron una presentación sobre cómo las mujeres abortan con Misoprostol. Solamente asistieron mujeres y los "varones" invitados a participar respondían a la invitación con un "¿¡Y yo qué tengo que ver con el aborto?!".

A esta altura del partido, no es que me quiera hacer el sorprendido de la actitud de aquellos muchachos, pero en la agenda que tenemos que imponerle al Estado, el derecho al aborto es materia principal. Descreo profundamente de que podamos conseguirlo si en esta lucha, los que no nos reivindicamos “ni machos, ni fachos” no nos involucramos. Y la consigna me recuerda la nota "El dilema de un pollerudo" de Luciano Fabbri, del Colectivo de Varones Antipatriarcales en Prensa de Frente. A ponernos por un rato, aunque sea virtualmente, las polleras y dejar la hipocresía de lado: ¿desde cuándo los "hombres" no tenemos nada que ver con el aborto? ¿la inmaculada concepción produce embarazos espontáneos? ¿y las muertes de mujeres por abortos clandestinos? Ah, no, cierto. Me estaba confundiendo. Las que "se embarazan" son las mujeres, no los "hombres". Entonces, si llegado el caso sufrieran violencias en alguna de sus formas (médica en sentido amplio, obstétrica en particular, por ejemplo) o quisieran interrumpir ese embarazo, los cuerpos en riesgo serían cuerpos "de mujeres". Qué iluso que fui. Creer que los "compañeros" se iban a poner a pensar en estas cosas...

Más allá del sarcasmo de las últimas líneas, cuesta entenderlo desde una perspectiva de respeto de los derechos de los humanos y las humanas, parafraseando a Liliana Daunes. Mis lecturas de estas semanas están decantando la necesidad de considerar los estudios de género (que no es solamente "estudios-sobre-mujeres") y los feminismos (que no es un marco homogéneo ni estático) como un piso de acuerdo para poder realmente creer que estamos encaminados en la transformación profunda de la sociedad en la que habitamos. Lo que algunas autoras llaman una "ética feminista", que se vuelve ineludible para abrir un poco más la cabeza y poder revisar lo que escribimos, lo que decimos y sobre todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana.

Para finalizar, dos cosas más siguiendo esta línea. Este año, se presentaron en el Congreso de la Nación, dos proyectos de Ley: Uno de ellos, por parte de los diputados del Partido Nuevo Encuentro (Martín Sabbatella, Vilma Ibarra, Jorge Rivas, Carlos Heller y Ariel Basteiro). El otro, al que luego aquellos sumaron sus firmas junto más de 40 de diputadas y diputadas, fue presentado por segunda vez -tras perder estado parlamentario, que es lo mismo que decir que no se le dio tratamiento durante el período de tiempo necesario- por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Libre, Seguro y Gratuito.

Como primer “comentario” vinculado a esta cuestión, creo que también habrá que emprender una campaña para informar(nos) acerca de los alcances de esta problemática que la práctica clandestina e ilegal se sigue cobrando muertes de mujeres (la mayoría de ellas mujeres pobres). Porque, seamos sinceros, las mujeres de clase media en adelante también abortan, sólo que lo hacen en “clínicas privadas” por varios cientos de pesos. Y es menester repensar nuestro lugar como "varones", en esta urgencia.


28 de mayo- Campaña nacional por el derecho al aborto legal-seguro-gratuito, vía Una Bruja CUIR.


Algunos Links:

Plaza Flores

En línea con lo antedicho, o quizás será mejor decir “anteriormente publicado”, vuelvo sobre los contextos y las situaciones de la escritura. No sólo lo que nos pasa ante estas aparentes situaciones de publicación compulsiva que asume la forma de blogs, creo que se nota también en las líneas que uno puede identificar en los formatos propios y las dimensiones que toman según quién escribe y para qué. Hay que siempre tener presente el riesgo del narcisismo y no caer en la banalidad inmanente en el uso de las llamadas “TIC” (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Pero es significativo cómo en el eventual mapa de medios tradicionales restringido (con una Ley 26.522, de Servicios de Comunicación Audiovisual, aún trabada judicialmente y limitada en su modificación de la estructura de propiedad de los medios actuales) produce escrituras parásitas, escrituras a veces livianamente tildadas de alternativas, pero que van desde el graffiti o un volante rudimentariamente escrito y fotocopiado hasta la organización de agencias de noticias por Internet, canales de televisión comunitarios o de parte de organizaciones sociales, listas de correo temáticas y un sinfín de otras expresiones que esta capacidad multiplicadora de los mensajes virtuales ofrece.

El riesgo es, como siempre, creer que esto por sí mismo alcanza. Supongo que no es el caso de los múltiples emprendimientos de tipo colectivo que aparecen, pero sí puede serlo en el caso de las voces individuales.

No alcanza, insisto, con “tirar” nuevos mensajes alternativos a la red (entendiendo esta última como soporte y como metáfora). Seguimos siendo cuerpos en territorios materiales y debemos pensar las redes sociales, los espacios de circulación de mensajes como lo que son y no como fines. Entender su lugar cómo trampolín, la posibilidad de convocar, de contar, de compartir eventos, producciones e ideas, que terminen impactando en otros cuerpos reales.

Si esto no lo entendemos a tiempo, la “segunda vida” (parafraseando otro tipo de red social o similar) se vuelve la que subsume nuestra producción de sentidos sobre la “primera”.

Aquella que también es “real”. La que todos los días nos hace cruzar la Plaza Flores sin saber qué carajo hacer para que no exista más ni la remota posibilidad de que una mujer que podría ser mi abuela esté en situación de prostitución.

Algo sobre estas “escrituras 2.0”

Cuando uno no depende de alguien o algo exterior para decidir sobre qué escribir, sobre qué trabajar, el horizonte de las posibilidades se amplía de manera abrumadora. Escribir –materialmente- en solitario hace que eso se vuelva aún más complejo. Aunque todos sepamos que tenemos puntos de interés que subyacen, que hay posiciones político-ideológicas que tenemos perfectamente claras, el síndrome de la hoja en blanco (podríamos decir el "post" en blanco, para ponernos a tiro) aún existe.

Para los que alguna vez hicimos radio o algo parecido en materia de lenguaje oral y trabajo con los sonidos, la palabra escrita es palabra que retumba en los oídos mientras se escribe. Para los que luchamos con y desde el lenguaje, la reflexión sobre sus usos y potencias es una fatalidad.

Cuando me dispuse a dar inicio a este espacio también pensé en que puede ser un sitio dónde ejercitar la escritura en el sentido más coloquial. Ahora pienso que determinados elementos tecnológicos facilitan brutalmente la posibilidad de escrituras audiovisuales: un grabador de voz, una cámara digital de fotos que también registra video, la posibilidad de descargar-copiar-reproducir-clonar no sólo textos sino también audios, videos, músicas, testimonios, palabras, violencias, urgencias, gritos, esperanzas. Uf. Los blogs creo que se pueden volver una plataforma tan amplia, tan fértil, para la intervención política, de manera ética y estética, que nos obliga a repensar nuestro lugar como productores de textos. ¿Cómo hacer para tener un blog y "solamente" escribir? Entiéndase bien, escribir en tiempos de Internet –por más anquilosada que suene la expresión- es "escribir y linkear", es compartir y hacer circular. Pero también, cada vez más, en nuestro contexto debería vincularse a una noción ampliada de escritura.

En otro contexto, incorporé a mi reservorio de aclaraciones al escribir oralmente (algunos le dicen "hablar" a esa operación, cómo si fuera tan sólo eso), la categoría de "escrituras audiovisuales". Quería referirme a las producciones que podemos rápidamente identificar como cine, televisión y radio. Y fue en el uso cotidiano de esta expresión que pensé que la escritura en el sentido tradicional, el escribir con papel y lápiz es también una operación audiovisual ¿o acaso leemos a oscuras? ¿o es que tampoco al leer "escuchamos" las palabras en el interior de nuestras cabezas en ese impensable lugar que podemos llamar cerebro o mente?

Quizás estas reflexiones irresueltas, estas ideas que circulan ante este compromiso de encarar un espacio, hacen que piense en un par de puntos finales: siempre, lo queramos o no, estamos necesitados de un contexto en el cuál verter nuestras escrituras, ya sean estas orales (hablar, decir, recitar), audiovisuales (filmar, editar un video, hacer un collage de imágenes y sonidos) o lo que llamamos escribir a secas (desde la tinta y el papel hasta un mail o un "post"). Un mínimo piso desde el cuál dejar claro quién es el que escribe, desde dónde hablamos, para qué lo hacemos.

Sin apuntar a universalismos, pensar y decir "situados". Eso, que parece tan poco, que parece tan llano, es un primer paso necesario para una intervención política (y estética) cargada de reflexión y conciencia.

Y volviendo un poco atrás, la pregunta final sería: en la lógica del blog ¿tengo que releer lo escrito o apretar "publicar"?

Otro espacio para la(s) polémica(s)

Hace rato que vengo postergando el comienzo de los posteos de este blog. Mi pretensión no es hacerlo un espacio de referencia ineludible para la transformación profunda de las estructuras del sistema, la abolición del orden patriarcal o el destierro del modo de producción capitalista –aunque sería ideal que colabore con ello-.

Pero veo la necesidad de un sitio virtual donde compartir -con algún tipo de organización y periocidad- mis lecturas (digitales o no), fomentar escrituras (volver a escribir para algún tipo de publicación obliga al compromiso de ordenar las ideas) y sobre todas las cosas, poder tener una especie de bitácora de ideas y conceptos del tiempo-presente, una suerte de testimonio de los temas que me interesan discutir con los demás.

Creo que el blog, como soporte, asumirá esa pretensión: un estado de cosas sobre el cual intentar seguir reflexionando y polemizando con otras y otros.

Los invito a leer y discutir, pero escribiendo (audiovisualmente), porque sigo creyendo en esa tradición moderna cuasi epistolar de desarrollo de las ideas. Las palabras se las lleva el viento, pero el viento queda todo atrapado en la red.

Veremos qué sale.
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