Preocupación por los avisos en los diarios que podrían esconder redes de trata y esclavitud sexual
Lucrar con el clasificado del cuerpo ajeno
Los avisos cuestionados por especialistas y ONGs. (Foto: Periodistadigital.com) |
Lo que antes parecía normal y simpático, hoy se lo cuestiona. El “rubro 59”, los “contactos para adultos” o las secciones de “relax” pueden ser vehículos del accionar de redes criminales. Cuáles son los diarios que publican este tipo de clasificados y cuáles no. Los argumentos de unos y otros. Un debate que ya provocó decisiones editoriales. La periodista de Página/12 Mariana Carbajal, escribe una columna para DsD. La polémica en España.
El resto de la nota, tras el "corte":
La publicación de avisos clasificados sobre servicios sexuales en los diarios papel empieza a ser cosa del pasado. Algo pacatos, los editores de los grandes matutinos argentinos no se animan a dar el debate de cara a sus lectores. Pero los propietarios tienen que responder ante la Justicia. Es el mismo debate que se dio -y se extiende aún- en varios países del mundo. Por ejemplo, en España tomó tal voltaje que hasta se manifestó el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, quien afirmó que “deben eliminarse”.
Según diversas organizaciones que trabajan sobre la temática y especialistas, detrás de esas publicidades se pueden esconder redes de trata de personas y delitos como la esclavitud sexual. Además de incurrir en una agresión al género femenino, en la banalización de la prostitución y en el aliento a posibles delitos sexuales, al promocionar supuestas “bebotas”, “nenitas” o “colegialas”.
Recientemente en nuestro país, dos matutinos y un semanario decidieron no publicar más ese tipo de anuncios. Fueron La Arena de La Pampa, La Mañana de Neuquén y El Tiempo de la localidad bonaerense de Pergamino (de aparición semanal). El diario patagónico hizo pública la postura editorial, mientras que los otros dos tomaron la medida pero sin comunicarlo en sus páginas. Diario sobre Diarios (DsD) pudo corroborar mediante fuentes periodísticas tales decisiones.
El Foro del Periodismo Argentino (Fopea) difundió un comunicado condenando a las empresas periodísticas que publican ese tipo de avisos aunque sin mencionarlas explicitamente, tal como hace habitualmente.
“Fopea observa como, cuanto menos, contradictoria la conducta de medios de comunicación que, en su definición editorial y su construcción noticiosa, colaboran con la denuncia de estas formas modernas de sometimiento pero, al mismo tiempo, favorecen desde sus páginas de publicidad la expansión del negocio de la prostitución y la trata de personas publicando avisos clasificados de proxenetismo y explotación sexual o ligados a evidentes fines de reclutar a menores o personas socialmente vulnerables. Un dato adicional es la creciente naturalización de estos avisos entre las ofertas comerciales de automotores, viviendas, electrodomésticos y búsqueda de personal, como si fueran parte de una oferta lícita.
En razón de todas estas observaciones, Fopea hace un llamado de atención a la opinión pública en general y a las empresas periodísticas en particular -en especial a los medios gráficos, en los cuales este tipo de anuncios adquiere mayor preeminencia- solicitándoles que revisen sus criterios de publicación de avisos, a fin de no ser cómplices de un delito aberrante”, fueron algunos de sus tramos.
Entre los principales diarios que se editan en la ciudad de Buenos Aires, los que publican avisos de prostitución son: Clarín, La Nación, Ámbito, Crónica y Diario Popular. Mientras que los que no lo hacen son Página/12 y El Cronista.
Una periodista de Página/12, Mariana Carbajal, fue quien más se ocupó de este tema en las páginas del matutino. En el 2009, comentó el fuerte debate que se da en España por este tema y trazó un panorama, con buena cantidad de información, sobre lo que ocurre en nuestro país.
El debate es complejo. Abarca desde posturas éticas (a la hora de decidir publicar o no ese tipo de avisos), hasta económicas (cuánto le reporta a una empresa periodística ese rubro).
También hay quienes consideran que tanto la trata de personas como la esclavitud sexual y otros delitos que podrían esconderse detrás de los avisos, son temas “policiales” que el Estado debe perseguir y castigar. Y que los diarios se limitan sólo a publicitar contactos para adultos, lo cual es legal en tanto y en cuanto también es legal la prostitución.
Por ejemplo, es la posición del director del diario El Mundo de Madrid, el siempre polémico Pedro J. Ramírez: “Es hipócrita decir que detrás de esos anuncios hay mafias de explotación de personas. Si se investiga y se demuestra que hay tramas, estas desaparecerán y también sus anuncios” afirmó.
El panorama en nuestro país Según la nota de Carbajal, “el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) elevó un informe a la Procuración General de la Nación en el que solicita que se investigue si encubren situaciones de trata de mujeres para explotación sexual, promueven o facilitan la corrupción o la prostitución de menores de edad o incurren en la nueva figura de violencia mediática, entre otros posibles delitos”. El debate en España El debate en el país ibérico alcanzó un alto voltaje, tanto que hasta el presidente Zapatero se pronunció al respecto: consideró que “deben eliminarse”. |
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El sitio de la cadena británica BBC también publicó un completo informe del debate en el país ibérico. Bajo el título “España cuestiona anuncios de prostitución” señaló que “estos clasificados le reportan a los medios unas ganancias anuales de más de US$50 millones, según la comisión del Congreso que investiga el tema. Diarios como El País o El Mundo, dos de los periódicos con más circulación en España, pueden publicar hasta 600 ó 700 anuncios diarios que rondan los US$120 cada uno”.
El sitio consultó al otro extremo de la polémica. Y afirmó: “Cristina Garaizabal, representante de Hetaira, colectivo en defensa de los derechos de las prostitutas se pregunta ‘¿qué tienen de malo estos anuncios? Prohibirlos obligaría a las prostitutas a lanzarse a la calle en busca de clientela o acercarse a clubes, donde tendrían que someterse a las imposiciones de los empresarios. Hay que diferenciar entre la explotación sexual y la prostitución voluntaria. Ante la primera hay que perseguir el delito y ante la segunda reconocer que es una actividad legítima y que se puede publicitar como cualquier otro servicio’”.
Párrafo aparte merece lo ocurrido en El País en mayo de 2009. El matutino publicó una investigación seriada bajo el título “La explotación sexual en España”. A partir de allí recibió un aluvión de cartas de sus lectores haciéndole notar la incongruencia de informar sobre ese flagelo y a la vez alentarlo desde sus anuncios. Tal fue la magnitud de la reacción de los lectores, que debió tomar cartas en el asunto la defensora del lector, Milagros Pérez Oliva, quien luego de analizar la situación concluyó que “esos anuncios no deberían publicarse en este diario”.
Sin embargo, el diario lo sigue haciendo.
Por último, en España tanto el Gobierno nacional como algunos autonómicos avanzan con proyectos mediante los cuales se suprime la publicidad estatal para aquellos diarios que publiquen avisos de prostitución. Es decir, el Estado deja en libertad a los medios gráficos, pero decide no acompañar con pauta institucional a quienes difundan la prostitución en sus páginas.
A modo de conclusión
En las décadas del 60 y 70, las secciones policiales “sangrientas” en donde sin resquemores se mostraban fotos de cadáveres mutilados, marcaron un hito en el periodismo argentino. El viejo diario Crónica lideró por muchos años esa franja.En aquellos años se consideraba un hallazgo periodístico, cuyo impacto debía valorarse. Hoy, muchos años después, con el avance de los derechos humanos y de las sociedades en general, se cuestiona esa práctica, por considerarse violatoria de la intimidad de los fotografiados. Y se recurre al viejo latiguillo “si fuera un pariente del editor del diario el que aparece descuartizado, la foto nunca se publicaría”.
Diversas fuentes del mercado periodístico consultadas por DsD para este trabajo, coincidieron en que “los diarios deberían hacer un gesto y dejar de publicar esos avisos”. Un directivo de un medio (que publica anuncios) admitió que deberían eliminarse: “Aunque sea por marketing. Es mucho más lo que ganan en prestigio que la plata que pierden por abandonar esa difusión”. Otro consideró: “Si los damos de baja por una cuestión ética, puede parecer que durante 50 años no tuvimos ética porque los publicamos”.
Otra fuente señaló que “no hay estimaciones públicas del dinero que ingresa a una empresa por ese servicio”, pero que “estamos hablando de cifras bajas, dado que mucho de esos avisos migraron hacia Internet”.
En síntesis, es la hora de hacer un gesto. Pequeño. Pero cuyo valor sería mayúsculo.
Fuente: Diario sobre Diarios.
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