El nuevo derecho es consecuencia de la sanción de la ley de matrimonio igualitario

Mamá y mamá: inscriben al primer bebé como hijo de dos mujeres

Publicado el 9 de Septiembre de 2010

Cecilia y Verónica se casaron el 11 de agosto. Vicente nació el 2 de septiembre. Ayer el niño fue anotado en un Registro Civil de Capital como hijo de ambas. Pidieron que lleve los dos apellidos, pero les negaron ese derecho.

Cuando Cecilia y Verónica se casaron este 11 de agosto, la alegría ya era doble. Ellas no sólo cumplían el sueño de convertirse en “mujer” y “mujer”: también su hijo, en la panza de ocho meses de Cecilia, iba a tener por ese acto los mismos derechos que cualquier otro nene en el país. Vicente nació el jueves pasado después de un parto difícil. A primeras horas de la mañana de ayer, fue registrado en Uruguay 740 como hijo de las dos. Mamá y mamá. Así figura en su DNI y en su partida de nacimiento. Es el primer hijo nacido en el marco de la ley de matrimonio igualitario, sancionada el 14 de julio de este año. Vicente es el primero de una nueva generación.
Si bien las organizaciones LGTB tenían confianza en que se aceptarían los pedidos de filiación, la resistencia de los empleados del registro era un fantasma que permanecía latente. Las familias cuentan con el resguardo del artículo 36 del Código Civil, modificado con la ley de matrimonio igualitario donde se establece que la inscripción de los hijos deberá contener en el caso de “matrimonios entre personas del mismo sexo, el nombre y apellido de la madre y su cónyuge, y tipo y número de los respectivos DNI”. En caso de que haya duda sobre los procedimientos, otro artículo, el 42, funciona como claúsula equiparatoria. Allí se determina que las parejas homosexuales no pueden contar, en ningún sentido, con menos derechos que las heterosexuales.
Las dudas, sin embargo, venían por la ausencia de una nueva reglamentación para el capítulo de filiaciones, aunque en términos legales los artículos 36 y 42 vuelven innecesario una nueva modificación del Código Civil. “Fue un largo trabajo hacer que se ajusten los procedimientos a las nuevas normas. Pero la ley ya dejó en claro la voluntad del Estado de reconocer los derechos de los hijos. Se trata de un acto de celebración democrática. Vicente es un antecedente claro para todas las familias”, explicó Florencia Gemetro, de Lesmadres, la organización que, junto con 100% Diversidad y Derechos y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), estuvieron a cargo de las gestiones para que se acepte el pedido. Como parte de esa búsqueda, estas agrupaciones habían sido atendidas hace dos semanas por el viceministro del Interior, Marcio Barbosa.
De ahora en más el camino no sólo está allanado para las familias homoparentales que, como Verónica y Cecilia, se constituyeron después de la ley. También las parejas que tuvieron hijos antes de casarse y que sólo cuentan con el reconocimiento de la mamá gestante, contarían ahora con la posibilidad de presentarse ante los registros y pedir la comaternidad sin ser cuestionadas. Es decir, el trámite administrativo para la filiación podrá hacerse sin tener que solicitar la coadopción de sus propios hijos.
Sobre este tema ya hay un caso previo. El 26 de agosto Mercedes Monjaime y Silvina Massa se presentaron en el Registro Civil y, además de casarse, oficializaron por primera vez el pedido de comaternidad de su hija de ocho años. El registro les pidió tiempo. A casi dos semanas de ese reclamo, todavía para la ley, la madre es sólo Silvina, la madre biológica; Mercedes no existe (ver recuadro).
A la jornada de festejos de ayer, sólo le faltó que el Registro Civil respetara la decisión de las madres de inscribir al niño con sus dos apellidos, algo que establece la nueva norma. Para reparar esto, las organizaciones iniciarán acciones administrativas y legales.
Verónica y Cecilia eligieron pasar este momento en la intimidad. “Anotar a Vicente como hijo de las dos implica no discriminarlo: que él tenga derecho a disfrutar de esas dos personas que lo desearon, lo trajeron al mundo, que se comprometieron a velar por él y que, a su vez, le garantizarán otros derechos: a la salud, a la educación. A no tener que ocultar cómo está conformada su familia, ni tener que ser criado entre dobles discursos y mentiras. A que pueda vivir con orgullo los lazos amorosos que unen a nuestra familia”, resumió la pareja, emocionada. <

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